Los videos, dentro del software de presentaciones


Hace unos años asistí a un presentador que ilustró su exposición sobre manejo de crisis con un video sobre la tragedia del submarino ruso K-141 Kursk. A su señal, abandoné la computadora para presionar play en la videocassetera y proyectar el citado video. Fue todo un despliegue tecnológico, que me demandó desconectar cables, volver a conectarlos, ajustar el proyector y una serie de maniobras adicionales. De más está decir que con cada paso extra, aumentaban las posibilidades de que me equivocara o algo no funcionara como debía.

Mucha agua pasó bajo el puente desde entonces y hoy los videos son recursos invaluables para los presentadores. El avance tecnológico y la web 2.0 ha facilitado el acceso y edición de miles de videos, en un modo impensable hace pocos años atrás. Sin embargo, muchos presentadores siguen empleando sus videos como en tiempos analógicos. Es decir, para mostrar la grabación abandonan el programa de presentación, buscan entre las carpetas de su disco el archivo de video, cruzan los dedos mientras lo abren en el reproductor y luego vuelven a la presentación.

A nadie le interesan nuestros archivos personales ni el fondo de pantalla con la foto de nuestras vacaciones. Ni hablar si ni siquiera hemos descargado el video y debemos abrir YouTube en el navegador, rezando para que la conectividad no nos juegue una mala pasada. Estas prácticas son poco profesionales además de riesgosas, y provocan enormes distracciones en la audiencia. Una mejor manera consiste en incorporar el video dentro del archivo de la presentación, de modo que se inicie su reproducción automática al llegar a la diapositiva que lo contiene. La ventaja de esta práctica es que minimiza la intervención del presentador, todo fluye sin distracciones y se evitan interrupciones que provocan el aburrimiento y la desconexión de la audiencia.

El software moderno es capaz de manejar video de alta definición con solvencia, sin el auxilio de reproductores específicos. Sin embargo es necesario tener algunas precauciones, para que los archivos no crezcan desmesuradamente de peso o ralenticen el procesador de la computadora. En la próxima entrada veremos cómo insertar los archivos de video en el de la presentación y qué criterios técnicos se requieren para hacerlo.

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